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Las Autoridades Territoriales de Ultramar francesas tienen más aves endémicas que toda Europa continental. Más del 98% de las especies de la fauna vertebrada francesas se concentran en un 22% de su territorio: en ultramar. Guadalupe y Martinica forman parte de los hotspots de la biodiversidad mundial. Guayana alberga uno de los últimos bosques primarios tropicales casi intacto del planeta y la Reunión se sitúa en una de las mayores zonas de endemismo del mundo. Y sin embargo, aquí más que en ningún otro lugar, la biodiversidad está amenazada.
Francia ocupa el 7º lugar en cuanto a número de especies de aves mundialmente amenazadas. Los DOM albergan 18 especies de aves reproductoras con un estado desfavorable a nivel mundial. La tasa de extinción de la avifauna en ultramar es un 30% superior a la del continente y cerca de 10 especies de aves ya se han extinguido en estos últimos 10 años.
Acabar con la pérdida de la biodiversidad en ultramar sería revelador y constituiría a la vez un símbolo de nuestra capacidad para invertir esta tendencia.
Faltan herramientas para cumplir con los compromisos políticos a favor de ultramar.
Las Directivas Aves y Hábitats y la Red Natura, pilares de la protección de la naturaleza en Europa, son inaplicables en los DOM. No existe condicionalidad medioambiental de las subvenciones europeas y nacionales, ni en las medidas de desfiscalización.
Lejos del continente, y lejos los unos de los otros, los territorios de ultramar se benefician poco de las dinámicas de formación e innovación de la metrópoli y del continente europeo. Además, la mayoría de las herramientas de conocimiento, gestión y protección de la biodiversidad que emanan de aquí no pueden aplicarse en un entorno tropical.
Es urgente proporcionar medios humanos, jurídicos y financieros a los actores de la conservación en ultramar para construir herramientas y técnicas adaptadas a los contextos ecológicos y socioeconómicos locales.
La especificidad ultramarina y el carácter lejano de los territorios concernidos implican necesariamente la creación de una red de asociaciones locales de protección de la naturaleza. Representan una ventaja importante a la hora de actuar de manera concreta y rápida para arraigar la protección de la biodiversidad en el desarrollo socioeconómico de los territorios, con la ayuda de colaboradores científicos e institucionales tanto en los DOM como en la metrópoli.
De 2010 a 2015, se llevarán a cabo acciones pioneras en Guayana, la Reunión y Martinica, reforzadas por acciones transversales entre estos tres DOM. Se privilegia la creación de una red de conocimientos, herramientas y experiencias. Los resultados conseguidos gracias a este programa innovador serán divulgados en tres idiomas mediante seminarios de intercambio, cuadernos técnicos y herramientas audiovisuales para que se puedan extender a otros territorios de ultramar y a los países vecinos al término del programa.